sábado, 25 de agosto de 2012

La fruta de hoy, el pan de ayer, la carne de anteayer

Rebanando pan.
Refrán normativo en cuanto a cómo debemos comer ciertos alimentos para encontrarlos en su mejor momento; así, recomienda tomar la fruta recién cogida, el pan reposado hasta el día siguiente y la carne tras haber pasado unos días. A mí no me cabe duda de que el mejor momento para cada cosa es el que le guste a cada uno, pero también creo que este refrán esconde tres verdades: primero, que la fruta en el campo hay que cogerla en sazón, justo cuando esté en su punto, y comerla inmediatamente; segundo, que el pan bueno, el de toda la vida aguanta varios días y el primero de ellos está crujiente y el segundo delicioso; y, tercero, que la carne del animal recién sacrificado a veces no vale mucho y hay que esperar a que alcance su punto óptimo.

Dicho todo esto, hoy en día no somos agricultores ni carniceros, por lo que hemos de comer la fruta cuando está en su punto en la tienda. En cuanto al pan, este es un tema más espinoso, pues la mayoría de lo que venden con este nombre está crujiente en la tienda, pero apenas aguanta ni el mismo día; sin embargo, cuando voy al pueblo de mis padres, Buenache de Alarcón, en Cuenca, disfruto de un pan excepcional, que está buenísimo el primer día, el segundo y hasta el tercero. Por último, en el tema de la carne, les recomiendo encontrar un carnicero de confianza, que les sirva producto de calidad, que no tiene por qué ser más caro que el de las grandes superficies ¡y verán qué diferencia!

Imagen; publicada por Vibragiel en Flickr con licencia Creative Commons.



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