lunes, 4 de julio de 2011

Tabernero diligente, de quince cántaras hace veinte

Refrán que, aunque puede parecer una alabanza de la buena capacidad para el comercio, encierra una clara crítica contra la ganancia de los hosteleros a costa de aguar el vino; puede aplicarse a cualquier práctica de merma en las cantidades vendidas para obtener un mayor beneficio. Recordemos que, como ya hemos comentado en alguna ocasión, la práctica de aguar el vino (o bautizarlo) ha estado muy extendida antes de que el vino embotellado y otras bebidas, también embotelladas fueran los productos más dispensados, por lo que se dice también Quien bautiza el vino no debería estar bautizado.

Variante: Tabernero diligente, de quince arrobas hace veinte.




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